BS Asesores Energéticos

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Ejemplos de edificios con certificación energética de clase A

Después de mi último artículo donde comentaba cuales iban a ser los resultados más habituales de la certificación energética  y cuanto se podría mejorar con las medidas de reforma habituales, hubo quien me comentó que conseguir la clase A parece a priori imposible, e incluso lo calificaban de economicamente inviable. Ninguna de las dos afirmaciones es cierta (hay matices, por supuesto), y como ejempl,o traigo dos casos que se pueden sumar a otros ya conocidos y de gran repercusión en los medios especializados, como son  la reciente promoción de viviendas en Madrid, y el más antiguo de la de Barcelona en la calle Roc Boronat: el Hotel Visit, en la localidad aragonesa de Caspe, y la rehabilitación de la casa palacio San Cristobal, del siglo XVIII,  en la localidad vizcaína de Zalla.


 
Como veis son dos ejemplos muy distintos: mientras el primero es una nueva construcción, el segundo es una rehabilitación de un inmueble con casi 300 años de antigüedad.
 
¿Y como lo han conseguido? Pues en el caso del Hotel Visit se han tenido en cuenta en la fase de diseño los aislamientos de cerramientos y cubiertas, la carpintería exterior con rotura de puente térmico y la calefacción por suelo radiante. Pero como ya comenté, estos elementos no sirven por si solos para obtener la clase A, y para conseguirlo se ha hecho uso de las energías renovables, más concretamente de una instalación de calefacción y agua caliente sanitaria que utiliza como único combustible la biomasa.
 
En la misma dirección, pero con medidas algo diferentes, los arquitectos de la rehabilitación de la casa palacio San Cristobal han hecho uso de medidas pasivas como son el aislamiento reforzado de la envolvente, las carpinterías exteriores de alta calidad, los cerramientos de alta masa térmica y la utilización de la ventilación cruzada, y, como no podía ser de otro modo, han incluido también una instalación de climatización basada en energías renovables. En este caso han preferido la utilización de la energía geotérmica mediante una bomba de calor que se complementa con una instalación de energía solar térmica y una distribucíon del calor mediante suelo radiante.
 
Dos ejemplos muy distintos pero que han conseguido el mismo objetivo: el ahorro y la eficiencia energética garantizado por haber conseguido la máxima calificación en su certificación energética.
 
Mi más sincera enhorabuena a los técnicos que han participado en ambos proyectos.

Ejemplos de edificios con certificación energética de clase A

Después de mi último artículo donde comentaba cuales iban a ser los resultados más habituales de la certificación energética  y cuanto se podría mejorar con las medidas de reforma habituales, hubo quien me comentó que conseguir la clase A parece a priori imposible, e incluso lo calificaban de economicamente inviable. Ninguna de las dos afirmaciones es cierta (hay matices, por supuesto), y como ejempl,o traigo dos casos que se pueden sumar a otros ya conocidos y de gran repercusión en los medios especializados, como son  la reciente promoción de viviendas en Madrid, y el más antiguo de la de Barcelona en la calle Roc Boronat: el Hotel Visit, en la localidad aragonesa de Caspe, y la rehabilitación de la casa palacio San Cristobal, del siglo XVIII,  en la localidad vizcaína de Zalla.

Certificación energética: ¿Y mi casa qué letra tiene?

 
Hoy quiero daros a todos, pero especialmente a los agentes del sector inmobiliario, unas indicaciones muy básicas sobre el resultado de la certificación energética, es decir, sobre la letra que se le asignará a los inmuebles y que indicará cuanto de eficiente son en relación a la energía que consuman.
 
Ya hemos comentado con anterioridad que a cada inmueble se le asignará una letra de la A a la G, siendo los inmuebles con letra A los que menos energía necesiten para mantener unas condiciones de confort térmico.
 
Lo primero que quiero aclarar es que las indicaciones que os voy a dar son exactamente eso, indicaciones, que pueden estas sujetas a un margen de error más o menos amplio dependiendo de muchos factores. Y por supuesto, nunca pueden sustituir al trabajo de un técnico certificador.


 
Bien, empecemos por los inmuebles más modernos, es decir, los diseñados y construidos a partir de la entrada en vigor del Nuevo Código Técnico de la Edificación en 2007. ¿Qué letra tienen estos inmuebles? Pues si fueron diseñados y construidos, por ejemplo, para cumplir con los mínimos exigidos en materia de ahorro de energía en Zaragoza (la gran mayoría; España no es un país que se haya caracterizado, ni antes ni en los últimos años, por una construcción sensible a los asuntos energéticos, como por ejemplo, la centroeuropea) entonces esos inmuebles tendrán una letra que será bien la E o la D (es decir, el resultado de su certificación energética en Zaragoza estará entre la D y la E).
 
Curioso, ¿verdad? Entonces, ¿Y los más antiguos? Pues siento infomaros que ningún código técnico anterior al del 2007 incluyó en su redacción criterios de ahorro de energía, por lo que los inmuebles más antiguos, especialmente los anteriores al año 1977 (año de aprobación del anterior conjunto de normas técnicas de la edificación) tendrán una letra que será con mucha seguridad la G, salvo que hayan sido sometidos a algún tipo de reforma donde se haya buscado el ahorro de energía.
 
Si a ese inmueble con ya algunos años (pero al que aun le queda mucha vida últil por delante) le hemos hecho una reforma, por ejemplo, además de cambiar el baño y la cocina le hemos cambiado las ventanas por unas de doble acristalamiento y renovado los sistemas de calefacción y de climatización, pero no hemos añadido aislamiento adicional a la vivienda, entonces, podemos pasar de la letra G a la letra F, y en rarísimas excepciones quizás a la E.
 
Para seguir escalando posiciones deberíamos haber invertido en mejorar el aislamiento del inmueble, por algunos de los muchos sistemas posibles (inyección es espumas aislantes en la cámara de aire, adición de capas de aislante, bien por el exterior o por el interior, etc). En este caso, los resultados si que son muy variables pues dependerán del grosor del aislamiento que se instalase, pero por dar una orientación, se podría haber alcanzado una letra D o una C.
 
Entonces, ¿Que hay que hacer para conseguir una A o una B? Buena pregunta: para lograr esas letras, nuestro inmueble además de haber limitado su demanda energética debe de utilizar sistemas de calefacción o refrigeración de tipo renovable que no aporten CO2 a la atmosfera, bien en su funcionamiento o bien en el ciclo de vida completo. El ejemplo más comun es el de la calefacción por biomasa. Los restos vegetales que se quemán sí que producen CO2 durante su combustión, pero es el mismo CO2 que la planta tomó de la atmósfera durante su crecimiento, por lo que el blance es nulo.
 
Como os he dicho, estas indicaciones son aproximadas. Perdonarme los técnicos por  haber simplificado en exceso.
 
Hace poco comentaba con los técnicos de una empresa de certificación energética la posibilidad de que haya fraudes en el resultado de la certificación. Este es mi consejo a los que vayan a comprar una vivienda y a los agentes del sector inmobiliario: si el vendedor les enseña una certificación energética que diga que es una letra A o B, y el inmueble no está ni siquiera reformado, tengan cuidado, pues les estan tratando de engañar.
 
 

Certificación energética: ¿Y mi casa qué letra tiene?

 
Hoy quiero daros a todos, pero especialmente a los agentes del sector inmobiliario, unas indicaciones muy básicas sobre el resultado de la certificación energética, es decir, sobre la letra que se le asignará a los inmuebles y que indicará cuanto de eficiente son en relación a la energía que consuman.
 
Ya hemos comentado con anterioridad que a cada inmueble se le asignará una letra de la A a la G, siendo los inmuebles con letra A los que menos energía necesiten para mantener unas condiciones de confort térmico.
 
Lo primero que quiero aclarar es que las indicaciones que os voy a dar son exactamente eso, indicaciones, que pueden estas sujetas a un margen de error más o menos amplio dependiendo de muchos factores. Y por supuesto, nunca pueden sustituir al trabajo de un técnico certificador.

Rumores sobre la aprobación de la certificación energética

Los que me seguís (por cierto, cada vez más; gracias a todos) ya sabéis que no soy amigo de repetir contenido de otras webs ni blogs, sino que me gusta aportar algo nuevo o un punto de vista diferente para conseguir el objetivo que me he marcado con este blog, que no es otro que informar sobre la certificación energética de edificios.
 
Pues bien, esta vez estoy dispuesto a hacer una excepción para hacerme eco de una noticia publicada en idealista.com sobre la aprobación de la certificación energética.


 
Según cita este medio, indicando como fuente de la noticia al propio Ministerio de Industria, la certificación energética sería aprobada a lo largo de este mes de enero y entraría en vigor el 1 de abril de 2013, tras un periodo de adaptación de dos meses.
 
Si reproduzco este nuevo rumor (así hemos de denominarlo hasta que no se demuestre lo contrario) es porque tiene todos los visos de ser cierto. Mediante esta forma de actuar, el Ejecutivo esquivaría una más que segura sanción desde la Unión Europea, y evitaría algo que había supuesto uno de los mayores problemas para aprobarla en el plazo anteriormente previsto: la imposibilidad de ofrecer un periodo de carencia mínimo antes de que la norma entrase en vigor.
 
Puesto que el Gobierno ya tiene asumido el rechazo social que esta nueva imposición va a acarrear, ahora se centraría en evitar más sanciones por retraso injustificado en la transposición de una directiva europea a la legislación nacional, y en proveer un calendario de implantación de la norma que evite un colapso del mercado inmobiliario.
 
Entrando en vigor en abril, se tendría un plazo de dos meses para que el mercado se adaptase a la nueva situación, y los profesionales pudiesen comenzar a certificar la gran masa de inmuebles actualmente en stock pudiéndose llegar a la fecha de entrada en vigor en una situación de semi-normalidad.
 
A los que quieran conocer en detalle las obligaciones que plantea la nueva norma les recomiendo la lectura de este resumen de la certificación energética.
 
Espero francamente que esta vez sea la definitiva...
 
 

Rumores sobre la aprobación de la certificación energética

Los que me seguís (por cierto, cada vez más; gracias a todos) ya sabéis que no soy amigo de repetir contenido de otras webs ni blogs, sino que me gusta aportar algo nuevo o un punto de vista diferente para conseguir el objetivo que me he marcado con este blog, que no es otro que informar sobre la certificación energética de edificios.
 
Pues bien, esta vez estoy dispuesto a hacer una excepción para hacerme eco de una noticia publicada en idealista.com sobre la aprobación de la certificación energética.

¿Y que ocurre ahora con las certificaciones energéticas ya realizadas?

El retraso en la entrada en vigor de la certificación energética ha dejado en fuera de juego a muchos profesionales y empresas que llevan tiempo realizando labor comercial e incluso certificando ya inmuebles de clientes que decidieron adelantarse y tener hechos los deberes para el día que la certificación energética fuese una realidad.
 
Pero la fecha prevista del 1 de enero de 2013 ha pasado y seguimos esperando la aprobación de la certificación energética, y conozco de primera mano el caso de una empresa especializada en certificación energética que ha realizado en los últimos meses numerosas certificaciones de inmuebles residenciales. ¿Qué ocurre ahora con dichas certificaciones si se ha retrasado la entrada en vigor de la norma que las regula?



Pues nos encontramos con una situación ambigua, pues siendo puristas, se puede llegar a considerar que dichas certificaciones no tienen validez, pues no han sido realizadas bajo ningún marco legal (el Real Decreto que las define no ha sido aun aprobado), pero si que son técnicamente correctas, pues los programas informáticos utilizados tienen la categoría de documentos reconocidos por el Ministerio de Industria.
 
La solución a todas estas situciones es sencilla y se la van a ofrecer a sus clientes todos los profesionales y empresas de certificación energética. Mientras esperamos que se apruebe el Real Decreto de certificación energética, los clientes pueden utilizar la certificación de sus propiedades como un factor diferencial en un mercado (el inmobiliario) actualmente colapsado y carente de inmuebles con valor añadido. Y cuando se apruebe la norma, los técnicos emitiran y firmarán de nuevo la certificación energética, con la fecha ya posterior a la entrada en vigor.
 
Es decir, que aquellos clientes que decidieron ser pioneros y vieron la ventajas que suponía adelantarse y certificar cuanto antes sus propiedades, no deben preocuparse: se espera una pronta aprobación de la ley y mientras tanto pueden utilizar sus certificados para posicionar y diferenciar su inmueble, mejorando sus posibilidades de venta o alquiler.
 

¿Y que ocurre ahora con las certificaciones energéticas ya realizadas?

El retraso en la entrada en vigor de la certificación energética ha dejado en fuera de juego a muchos profesionales y empresas que llevan tiempo realizando labor comercial e incluso certificando ya inmuebles de clientes que decidieron adelantarse y tener hechos los deberes para el día que la certificación energética fuese una realidad.
 
Pero la fecha prevista del 1 de enero de 2013 ha pasado y seguimos esperando la aprobación de la certificación energética, y conozco de primera mano el caso de una empresa especializada en certificación energética que ha realizado en los últimos meses numerosas certificaciones de inmuebles residenciales. ¿Qué ocurre ahora con dichas certificaciones si se ha retrasado la entrada en vigor de la norma que las regula?

Retrasada la entrada en vigor de la certificación energética

2013 está apunto de finalizar y no hay noticia alguna sobre la aprobación de la certificación energética. El pasado 28 de diciembre se celebró el último Consejo de Ministros del año, y no se abordó este asunto pendiente desde hace meses.

La noticia no es positiva, pues como ya he comentado en alguna ocasión afecta a un colectivo de profesionales muy maltratados por la actual crisis económica. Y tampoco lo es por que denigra la imagen de España en el exterior, agrandando el estigma de país poco cumplidor de sus obligaciones y compromisos.


La pregunta que todos deberíamos hacernos es por qué no se ha aprobado la certificación energética en el plazo previsto. Podríamos basar nuestra respuesta en la incapacidad e incompetencia de nuestros políticos, totalmente demostrada en numerosas ocasiones, pero quizás ese sería un análisis excesivamente simplista.

En mi opinión, en la redacción de la norma no se han tenido en cuenta todas las opiniones, ni siquiera las de los colectivos afectados, como por ejemplo los agentes inmobiliarios, quienes siempre han advertido el mal momento en la que llega esta medida y el posible efecto negativo que puede tener en un sector, ya muy dañado de por sí. Esto solo ha creado un efecto de oposición nada favorable a los objetivos que se pretenden promover.

Quizás deríamos comenzar a buscar la respuesta a la pregunta desde dentro del sector y no desde el exterior. Debemos preguntarnos si el conjunto de profesionales hemos estado a la altura de las circunstancias. Una gran mayoría sí, pero creo que otros se han dejado cegar por el atractivo potencial del mercado y ésto no les ha permitido calcular bien cuales deberían ser los primeros pasos a seguir.

Que la certificación energética sea obligatoria el 1 de enero (o el 1 de marzo) no va a evitar que sea mal recibida por la ciudadanía y por los agentes inmobiliarios si antes no se realiza una correcta labor de formación y concienciación. Y ese trabajo no corresponde solo al Ministerio de Industria o a las Comunidades Autónomas, sino que también debe ser realizado por los técnicos y profesionales del sector. En la web de alguna empresa de certificación energética es más ámplio el apartado que habla de las posibles sanciones por el incumplimiento de la norma que el de ventajas para el propietario y para el futuro comprador o arrendatario. 

Como bien dice José Luis Morote Salmerón en su blog (en una respuesta a un comentario que dejé a un excelente artículo técnico sobre medidas efectivas de ahorro de energía en la edificación) "lo importante también es concienciar a la ciudadanía de que ésto de la certificación energética no es sólo un tema burocrático sino que tiene como fín la mejora de la calidad de vida de los propios usuarios y el ahorro". Quizás no se esté transmitiendo bien el mensaje...

De mis conversaciones con profesionales del sector inmobiliario (y de lectura de artículos en prensa) he conocido que futuros técnicos certificadores han ido realizando su labor comercial desde hace unos meses no informando, sino inventándose argumentos. Entre los más "populares" se encuentra aquel que dice que la certificación energética será exigida por el notario, en el caso de venta, o por la administración autonómica cuando se deposite la fianza, en el caso del alquiler. Espero que así sea en el futuro para garantizar el cumplimiento de la norma, pero tales argumentos a día de hay son "legislación-ficción", pues en ninguno de los varios borradores de Real Decreto que han visto la luz en este año se hacía mencion alguna a tales exigencias u obligaciones. Si para convencer hay que inventarse argumentos amenazadores, tenemos un grave problema, principalmente de ética profesional...

También los profesionales deberíamos preguntarnos si las cifras que se han manejado en los últimos meses sobre el precio de la certificación energética no han influido en la poca aceptación entre los ciudadanos, y por ende, en el retraso de su aprobación. He llegado a leer en prensa precios entre los 300 y los 500 € para la certificación energética de un piso, lo que me hace pensar que dichos profesionales o bien nunca se han dedicado al ejercicio libre de la profesión (pues desconocen el precio actual, por ejemplo, de un proyecto de instalación eléctrica en baja tensión de un local comercial) o bien "mezclan churras con merinas" (la certificación energética no es una tasación ni una peritación judicial; difícilmente mercados y servicios diferentes tendrán precios similares).

En resumen, dejemos de culpar a los políticos, hagamos análisis de conciencia y tratemos de mejorar en la parte que nos toca. Tenemos suerte: el Gobierno nos ha concedido tiempo para hacerlo, y si lo conseguimos, igual no le temblará la mano a la hora de firmar un Real Decreto del que hasta ahora solo ha temido el rechazo social que pueda provocar.

Retrasada la entrada en vigor de la certificación energética

2013 está apunto de finalizar y no hay noticia alguna sobre la aprobación de la certificación energética. El pasado 28 de diciembre se celebró el último Consejo de Ministros del año, y no se abordó este asunto pendiente desde hace meses.

La noticia no es positiva, pues como ya he comentado en alguna ocasión afecta a un colectivo de profesionales muy maltratados por la actual crisis económica. Y tampoco lo es por que denigra la imagen de España en el exterior, agrandando el estigma de país poco cumplidor de sus obligaciones y compromisos.