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Certificado energético: algunas posibles claves del retraso


El primer trimestre de 2013 está apunto de finalizar y no hay noticia alguna sobre la aprobación del certificado energético. El pasado 7 de marzo el Consejo de Estado emitió su dictamen preceptivo y devolvió al ministerio el borrador de Real Decreto, sin que haya trascendido su contenido. Desconozco  si el próximo Viernes Santo habrá Consejo de Ministros (me temo que no, como es lógico) por lo que la aprobación se alargará como pronto hasta abril.

Esta situación no es en nada positiva, pues afecta a un colectivo de profesionales ya muy maltratados por la crisis económica que llevamos 5 años padeciendo, y porque además daña profundamente la la imagen de España ante sus socios comunitarios, recordándoles constantemente que somos un país poco cumplidor de sus obligaciones y compromisos.


 
Quizás deberíamos empezar a preguntarnos qué esta ocurriendo para que no se apruebe la certificación energética en los plazos previstos. Siempre podemos tirar del recurrente discurso sobre la incapacidad e incompetencia de nuestros políticos, de sobras demostrada y certificada en numerosas ocasiones, pero, seguramente, no dejaría de ser una reflexión a todas luces simplista.

Es evidente, que en las sucesivas redacciones de la norma a lo largo de los últimos 4 años no se han considerado las opiniones de los afectados, como por ejemplo los intermediarios inmobiliarios, que siempre han alertado del efecto negativo que la puesta en marcha de esta medida podría tener en el sector. No hay más que reunirse con alguno de ellos para ver el grado de oposición que manifiestan (oposición, que no intención de incumplimiento).  Y si estudiamos la visión de los propietarios, las críticas son todavía más intensas.

Pero a pesar de todo esto, creo que los profesionales deberíamos ser más autocríticos y buscar la respuesta a estos eternos retrasos en la aprobación  dentro del sector y no en el exterior. Debemos reflexionar si el colectivo hemos estado a la altura de las circunstancias. No dudo que hay una mayoría de profesionales serios y rigurosos, pero también creo que otros se han dejado cegar por el potencial del mercado y no han calculado cuales debían haber sido los primeros pasos.

Que el certificado energético sea obligatoria el 1 de junio no evita que vaya a ser muy mal recibida por la sociedad en su conjunto (no hay más que leer los comentario que la gente deja en los portales inmobiliarios cuando se hace referencia a la futura norma) si previamente no se pone en marcha una muy intensa y muy correcta campaña de concienciación. Y, como ya he manifestado, esta labor no corresponde solamente a las administraciones públicas, sino que debe ser realizada en primera instancia por los profesionales del sector. No es difícil encontrar alguna web de alguna nueva empresa de certificados energéticos donde es más extenso el apartado informativo sobre las sanciones por el incumplimiento que el de los beneficios y ventajas para el propietario, para el futuro comprador o arrendatario y para el conjunto de la sociedad. Si habéis leído mi anterior artículo sobre lo que realmente interesa a la gente sobre el certificado energético, creo que no se esté transmitiendo bien el mensaje.

A mi me gusta sentarme a charlar con los profesionales inmobiliarios (no nos olvidemos que ellos son los que realmente conocen el mercado, y que nosotros somos unos recién llegados) y gracias a ellos he conocido que muchos futuros certificadores han basado su acción comercial no en la información, sino en futuribles y posibilidades. Uno de los argumentos más repetidos en aquel que versa que el certificado energético va a ser solicitado por el notario en caso de venta o por la administración autonómica cuando se deposite la fianza en caso de alquiler. Puede que sea así (es más, debería ser así), pero realizar tal afirmación no deja de ser un ejercicio de  "legislación-ficción", pues en ninguno de los diversos borradores que todos hemos podido leer se hacía mención alguna a tales exigencias. Como me dijo un amigo del sector inmobiliario, si después de haber oído ese argumento hasta la saciedad el 2 de junio acudo a una firma al notario con un cliente y no se nombra para nada el certificado energético, los certificadores vais a tener un serio problema. Si para convencer hay que inventarse argumentos amenazadores, tenemos un grave problema, principalmente de ética profesional...

Otro asunto para la reflexión interna trata sobre los precios del certificado energético  que se han dado a conocer últimamente, que estoy convencido que han influido mucho en la poca aceptación entre los ciudadanos, y por ende, en el retraso de su aprobación. He leído con estupor cifras entre los 300 y los 500 € para el certificado energético de un piso, lo que significa que esos certificadores, o bien nunca se han dedicado al ejercicio libre de la profesión (pues desconocen el precio actual, por ejemplo, de un proyecto o de una dirección de obra para la legalización de un local comercial), o bien confunden términos, pues el certificado energético no es ni una tasación ni una peritación judicial, y nunca servicios diferentes tendrán precios similares.

Para terminar, creo que debemos de dejar de buscar culpables en el exterior (políticos inútiles, ciudadanos poco responsables, etc) y detengámonos unos instantes a meditar, ahora que se acerca la Semana Santa, y reflexionemos sobre como mejorar en nuestros ámbito de actuación. La verdad es que tenemos suerte: se nos ha concedido una prorroga para poder hacerlo, y si lo conseguimos, igual a este Gobierno no le temblará el pulso a la hora de firmar una ley de la que hasta ahora solo ha temido el rechazo social que pueda provocar.

Certificado energético: algunas posibles claves del retraso


El primer trimestre de 2013 está apunto de finalizar y no hay noticia alguna sobre la aprobación del certificado energético. El pasado 7 de marzo el Consejo de Estado emitió su dictamen preceptivo y devolvió al ministerio el borrador de Real Decreto, sin que haya trascendido su contenido. Desconozco  si el próximo Viernes Santo habrá Consejo de Ministros (me temo que no, como es lógico) por lo que la aprobación se alargará como pronto hasta abril.

Esta situación no es en nada positiva, pues afecta a un colectivo de profesionales ya muy maltratados por la crisis económica que llevamos 5 años padeciendo, y porque además daña profundamente la la imagen de España ante sus socios comunitarios, recordándoles constantemente que somos un país poco cumplidor de sus obligaciones y compromisos.


Certificado energético: las 10 cuestiones que realmenten interesan a la gente (y ninguna es técnica)

Tras el paréntesis del artículo anterior, donde trataba asuntos internos del sector (por cierto, quiero agradecer a todos el seguimiento y los comentarios en las redes sociales que el artículo ha generado), vuelvo de nuevo a la temática divulgativa sobre el certificado energético.
Desde siempre, uno de los mayores recriminaciones en el ámbito profesional que han sufrido los técnicos es la de ser "ratas de laboratorio", es decir, la de estar alejados del sentir de la calle respecto a su labor profesional: desconocer lo que piensan o esperan los clientes, las preguntas que se hacen, o lo que opinan de sus diseños. A modo de ejemplo, os puedo contar el caso real de una empresa de producción de maquinaria para obra pública donde el director del departamento de ingeniería se permitía el lujo de afirmar que él desconocía lo que los clientes de la empresa demandaban (y digo el lujo porque mal está que lo dijese un trabajador del departamento, pero que lo afirme el máximo responsable a mi me parece realmente inquietante). Siempre existe la excepción a toda regla, y esta es la de los técnicos que trabajan en departamentos comerciales, que lamentablemente tienen que soportar que sus compañeros de los departamentos de ingeniería o diseño siempre tiendan a minusvalorar su habilidades técnicas. 
 
 
En el ámbito del certificado energético está ocurriendo algo parecido: mucha información que veo desde empresas del sector es eminentemente técnica, con profusos detalles sobre como se elabora, los aspectos que hay que considerar, y los programas informáticos que se deben utilizar. No nos engañemos: todo esto no le interesa a prácticamente nadie.
¿Queréis conocer la 10 preguntas que más me hace la gente sobre el certificado energético? A continuación os las detallo. Casualidad o no, ninguna es de corte técnico...
Por cierto, el orden de aparición es aleatorio, no representando ni la frecuencia de consulta, ni  el interés para el ciudadano ni la particularidad de la pregunta. Al final, tras la recopilación resultan ser más de 10 (12 exactamente) 
  1. ¿Me van a obligar a realizar obras en mi inmueble?
  2. ¿Que pasa si no "apruebo" el certificado energético?
  3. Ya tengo el piso alquilado, ¿tengo que encargar el certificado energético
  4. Si no dispongo del certificado energético de mi inmueble, ¿lo puedo vender o alquilar?
  5. ¿Cuanto cuesta el certificado energético?
  6. ¿Cuando me van a obligar a encargar el certificado energético de mi inmueble?
  7. ¿Tengo que certificar el piso en el que vivo si es de mi propiedad?
  8. ¿Me va a cobrar alguna tasa la administración?
  9. ¿Que puedo hacer para no tener que certificar mi inmueble?
  10. Mi inmueble no tiene calefacción, ¿tengo también que encargar el certificado energético?
  11. ¿Me pueden multar si no dispongo del certificado energético?
  12. ¿Como se puede enterar la administrador de que no dispongo del certificado energético?
Como podéis ver podemos dividir las preguntas entre aquellas que se deben a desinformación del ciudadano y aquellas que se deben a la típica picaresca nacional. Las debidas a desinformación me hacen reflexionar que quizás no estemos incidiendo en los aspectos que realmente importan al ciudadano , y las debidas a la picaresca me hacen pensar que el grado de cumplimiento de la norma no será muy elevado inicialmente.
Las respuestas a las preguntas las dejo para el siguiente artículo.

Certificado energético: las 10 cuestiones que realmenten interesan a la gente (y ninguna es técnica)

Tras el paréntesis del artículo anterior, donde trataba asuntos internos del sector (por cierto, quiero agradecer a todos el seguimiento y los comentarios en las redes sociales que el artículo ha generado), vuelvo de nuevo a la temática divulgativa sobre el certificado energético.
Desde siempre, uno de los mayores recriminaciones en el ámbito profesional que han sufrido los técnicos es la de ser "ratas de laboratorio", es decir, la de estar alejados del sentir de la calle respecto a su labor profesional: desconocer lo que piensan o esperan los clientes, las preguntas que se hacen, o lo que opinan de sus diseños. A modo de ejemplo, os puedo contar el caso real de una empresa de producción de maquinaria para obra pública donde el director del departamento de ingeniería se permitía el lujo de afirmar que él desconocía lo que los clientes de la empresa demandaban (y digo el lujo porque mal está que lo dijese un trabajador del departamento, pero que lo afirme el máximo responsable a mi me parece realmente inquietante). Siempre existe la excepción a toda regla, y esta es la de los técnicos que trabajan en departamentos comerciales, que lamentablemente tienen que soportar que sus compañeros de los departamentos de ingeniería o diseño siempre tiendan a minusvalorar su habilidades técnicas. 
 

Certificación energética: ¿para qué sirve el técnico auxiliar?

Aunque el motivo principal de la publicación de este blog es informar al ciudadano sobre la certificación energética y por ello haya tratado de evitar siempre hacer referencia a asuntos internos de la profesión para que no  se convirtiese en un foro de discusión endogámico, soy consciente que muchos de los lectores son técnicos del sector. Pensando en ellos voy a hacer una excepción para tratar un asunto que, a mi personalmente, me preocupa.
 
De acuerdo con los datos que vamos conociendo del borrador de Real Decreto de certificación energética presentado por el Ministerio de Industria al Consejo de Estado, que por cierto emitió ayer el preceptivo dictamen y lo ha remitido de nuevo al Ministerio, se va a crear una figura, en mi opinión, realmente extraña: el técnico auxiliar.



Trascribo literalmente la definición tal y como aparece en el borrador de Real Decreto:  "técnico que esté en posesión de la titulación académica y profesional habilitante para intervenir en la calificación de la eficiencia energética de un edificio apoyando técnicamente el proceso de certificación de eficiencia energética."

A pesar de que no comparto la necesidad de crear esta figura, me deja tranquilo la referencia a la "titulación académica y profesional habilitante". Las titulaciones académicas y profesionales habilitantes son únicamente potestad de Estado, que debe definir el contenido de los planes de estudio y las competencias y atribución otorgadas. Por lo tanto, la realización de un curso/cursillo, como los  hemos visto proliferar que en los últimos meses,  no capacita para ejercer ni como técnico auxiliar (salvo que seas ya ingeniero o arquitecto, o tengas alguna de las desconocidas a día de hoy titulaciones habilitantes que permitirán ejercer de técnico auxiliar). 

Dicho ésto, que he considerado importante destacar puesto que han llegado a mis oídos prácticas fraudulentas (no contrastadas por mi) de algunos formadores que prometían capacitar para realizar certificaciones energéticas a cualquiera que siguiese su curso, (cualquiera que fuese su titulación),  voy a centrarme en el tema del artículo: ¿es necesaria la figura del técnico auxiliar?

En mi opinión no es necesaria. Desde el momento que existe un titulado competente, que ejerce además una profesión regulada como lo son la arquitectura y la ingeniería en sus diversas ramas, creo que es responsabilidad del titulado el dotarse de los medios y personal adecuado a la labor que realiza. 
 
Otro tema a considerar es la indefinición en las actividades en las que puede intervenir este técnico auxiliar, puesto que según el texto anterior, puede ser cualquier cosa, desde una toma de datos en el inmueble hasta realizar la calificación energética completa. Y se me ocurre un símil entre la labor de delineante y la del arquitecto: un arquitecto (una profesión regulada que no puede ejercer cualquiera salvo los poseedores del título habilitante) se apoyará en un delineante (un técnico con la titulación habilitante para ejercer esa profesión definida y tutelada en sus planes de estudios por el Estado) para realizar una parte de su trabajo (supongamos un proyecto de edificación residencial), pero una parte muy específica, y en ningún caso el delineante debería calcular y redactar el proyecto completo para que luego el arquitecto lo firme. Por contra, parece ser que éste técnico auxiliar sí que va a poder realizar la totalidad del trabajo técnico (realizar la calificación) a la espera de que el arquitecto o ingeniero firme la certificación energética.

En cualquier caso, si un ingeniero o arquitecto que va a firmar la certificación energética de un inmueble delega la toma de datos, o la calificación energética completa, a un subalterno suyo, sea ingeniero, arquitecto, estudiante en practicas, fontanero, albañil, torero u odontólogo (vaya por delante mi respeto por todas estas profesiones, en especial la de torero), el ingeniero o el arquitecto seguirá siendo responsable del resultado de la certificación energética, con independencia de que ciertos trabajos auxiliares los realice alguien con titulación o sin ella. Por lo tanto, no veo la necesidad de crear nuevas titulaciones habilitantes cuando estas no descargan de responsabilidad al firmante de un trabajo, y más teniendo en cuenta que al firmante no se le exige disponer de formación específica en certificación energética (aunque se supone que dispone de los conocimientos técnicos previos necesarios para poder realizar esta labor). 
Desde siempre los despachos de arquitectura y las oficinas técnicas de ingeniería han tenido en plantilla personal que realiza cálculos y redacta proyectos que firman unas pocas personas (el coste para una empresa del seguro de responsabilidad civil no es algo despreciable, ni el salario a pagar por esa responsabilidad, por lo que suele existir siempre un número muy limitado de firmantes). Este personal auxiliar suele estar titulado en arquitectura, ingeniería, delineación, etc (aunque últimamente abundan los becarios que son todavía estudiantes). Es decir, que casi con la excepción de la delineación, no se ha necesitado de titulaciones habilitantes para trabajos auxiliares. Entonces, ¿qué necesidad tenemos ahora de crearlas para algo tan reducido en el campo de la arquitectura y la ingeniería como es la certificación energética?
 
Me interesa mucho vuestra opinión sobre este asunto. ¿Qué os parece a vosotros? ¿Lo consideráis necesario? ¿Qué intereses pueden existir detrás de la creación de esta figura? ¿Cuales creéis que serán las titulaciones habilitantes que permitan ejercer de técnico auxiliar?

Certificación energética: ¿para qué sirve el técnico auxiliar?

Aunque el motivo principal de la publicación de este blog es informar al ciudadano sobre la certificación energética y por ello haya tratado de evitar siempre hacer referencia a asuntos internos de la profesión para que no  se convirtiese en un foro de discusión endogámico, soy consciente que muchos de los lectores son técnicos del sector. Pensando en ellos voy a hacer una excepción para tratar un asunto que, a mi personalmente, me preocupa.
 
De acuerdo con los datos que vamos conociendo del borrador de Real Decreto de certificación energética presentado por el Ministerio de Industria al Consejo de Estado, que por cierto emitió ayer el preceptivo dictamen y lo ha remitido de nuevo al Ministerio, se va a crear una figura, en mi opinión, realmente extraña: el técnico auxiliar.

Disculpadme...

Tras revisar el resumen del Consejo de Ministros de este viernes y comprobar que no hay ninguna referencia al Real Decreto de certificación energética, solo me queda pedir a todos disculpas por el estrepitoso fallo en el vaticinio de la posible aprobación de la certificación energética el pasado viernes.
 


He de decir que, con sinceridad, creía, por los datos que valoraba, que se iba a aprobar el viernes la certificación energética.
 
Quiero dar las gracias a aquellos que me informaron en seguida que no era posible la aprobación de la certificación energética por encontrarse aun en tramitación en el Consejo de Estado.
 
Prometo no volver a realizar prácticas de adivinación...

Disculpadme...

Tras revisar el resumen del Consejo de Ministros de este viernes y comprobar que no hay ninguna referencia al Real Decreto de certificación energética, solo me queda pedir a todos disculpas por el estrepitoso fallo en el vaticinio de la posible aprobación de la certificación energética el pasado viernes.